Katira: una prueba viviente de la resiliencia

Mucho gusto, soy Katira, una amante apasionada de los abrazos reconfortantes y los besos interminables. A lo largo de mi vida, he aprendido a saborear cada momento como si fuera el último

Por: Jeimmy Olivar y Manuela Cárdenas

Mi historia es una prueba viviente de la resiliencia y la capacidad de recuperación. Ingresé Al instituto gracias al abandono, con mi piel marcada por lesiones y un futuro incierto. Pero gracias al amor y la atención que he recibido, mi vida ha dado un giro extraordinario.

A pesar de mi edad y un diagnóstico de hipertiroidismo, no hay obstáculo que pueda detener mi espíritu enérgico y mi alegría de vivir. Amo correr, jugar y disfrutar de cada día como si fuera una nueva oportunidad para experimentar el mundo.

Después de haber enfrentado la adversidad en las calles, he aprendido a disfrutar de cada gesto de cariño, y sí, puedo ser un poco “toxica” en el sentido de que me encanta ser el centro de atención y recibir todo el amor posible.

A pesar de ser una adulta, siento una profunda conexión con mi niñez, disfrutando de las atenciones y caricias que me hacen sentir como la niña consentida de la casa. Después de haber vivido en la calle durante un tiempo, anhelo y merezco todo el amor que pueda recibir, y estoy dispuesta a dar aún más amor a cambio.

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