Viviendo una tragedia aérea desde tierra

Por Daniel Yesid Beltrán Molina

En la ciudad de Bogotá, para ser más precisos en barrio Garcés Navas, ocurre un terrible accidente aéreo en el año 1977, una avioneta cae y explota cobrando la vida a todos sus pasajeros. Elena se encontraba con su hijo Edgar en la terraza de su casa extendiendo la ropa, cuando de un momento a otro escucha un fuerte tarareo en el cielo. Elena mira hacia arriba y se da cuenta que una avioneta va a baja altura con una de sus alas en llamas.

¡Corre! Le grita a su hijo pensando que la avioneta a la hora de impactar podría hacer una gran explosión y afectarlos a ellos. Alcanzaron a entrar a su casa justo cuando se escuchó un fuerte estruendo. La avioneta impacto contra el suelo. Sin parar de llorar, Elena abrazó a su hijo por un largo rato.

Edgar, su pequeño hijo se asustó al ver a su madre tan angustiada, corrió a la cocina y le llevó un vaso de agua. Pasaron dos horas y llegó Margarita, su hija mayor que se encontraba estudiando con unas amigas. Margarita muy impactada les contó que vio cómo la gente salió corriendo a robar las pertenencias de los pasajeros que venían abordo justo cuando la aeronave cayó.  “Es increíble cómo la gente es tan fría y desgraciada”, afirmó Elena.

A los 20 minutos de tan aterrador acontecimiento llegó Yesid, el esposo de Elena, ella solo lo abrazó. Esa noche ninguno tuvo ganas de cenar, lo único que hicieron fue intentar dormir. Solo se escuchaban las sirenas de los camiones de bomberos. Edgar sentía miedo y le pidió a su hermana mayor si lo dejaba dormir con ella esa noche. Margarita, se acostó a su lado y lo abrazó hasta que se quedaron dormidos.

Llegaron las cuatro de la mañana y Edgar tuvo una pesadilla, fue a la cocina a tomar agua y estaba pensando en ir a donde había caído la avioneta, así que cogió un abrigo y salió sin que sus padres y su hermana lo escucharan. Camino cuatro cuadras y llego al lugar donde estaba la aeronave destrozada, había cintas de precaución, pero a Edgar no le importó y siguió caminando, alrededor de la avioneta habían restos humanos.

Un vecino muy conocido por la familia vio al pequeño Edgar y en seguida corrió a la casa de Elena a decirle que su hijo menor se encontraba donde había caído la avioneta. Elena le habló a su hijo, pero el no respondió, se quedó viendo a un lugar fijamente sin decir ni una sola palabra. Asustados deciden llevarlo a casa y acompañarlo a que durmiera. Después de media hora Edgar queda dormido.

Pasaron dos días, Edgar tenía muchas pesadillas y tampoco comía bien, pues todavía abundaban esas imágenes en su cabeza, esa semana sus padres no lo enviaron al colegio, lo llevaban a donde su tía con el fin de que cambiara de ambiente. Con el tiempo fue mejorando, pero aún se sentía muy mal. Después de dos semanas Yesid lleva a Edgar con el psicólogo e inician un tratamiento que duró aproximadamente seis meses.

Gracias a la ayuda profesional Edgar pudo seguir adelante, sin embargo posiblemente nunca olvidará que por poco un avión les cae encima.

Serie: #CrónicaDeLosAbuelos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *