La memoria y la paz se canta en La Chinita

El Centro Nacional De Memoria Histórica (CNMH), presentó el pasado 27 de julio, a través de sus redes sociales, la canción “En la Chinita cantamos por la memoria y la paz” resultado de una iniciativa de memoria por parte de familiares y amigos de algunas de las 35 víctimas de la masacre y sobrevivientes del hecho en La Chinita, Apartadó.

En la transmisión por Facebook live, se abordaron diversos temas alrededor de la construcción de esta canción y el proceso de resiliencia de quienes integran el colectivo La Chinita; tres grandes mujeres, Silvia Berrocal, Claribel Cuello y Luz Marina Mosquera, representaron a todos los que contribuyeron a la realización colectiva de la letra de la misma, que al son de bullerengue resalta la memoria, y como lo mencionó Luz Marina Mosquera, a través de ella sentir que se le da vida a las víctimas de dicho suceso.

“La canción es un ejemplo de perdón para todos los colombianos, que estemos en pro de construir la paz” afirma Silvia Berrocal.

Este fue un espacio propicio para hacer énfasis en que se hace memoria no para estimular la venganza, sino por el contrario, para la no repetición y para contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido.

Una muestra de la transformación y de la fortaleza de la comunidad frente a aquel suceso, es la resignificación del lugar exacto de la masacre; la calle que se conocía como la calle de “La Masacre”, pasó a ser en el 2016 la calle de La Esperanza, una representación de la paz construida por la comunidad que refleja lo que ahora llena sus vidas, la esperanza. Como lo expresaron en la transmisión las representantes del colectivo La Chinita, gracias a los procesos de la unidad para las víctimas con trabajo emocional y capacitaciones volvieron a vivir, siendo capaces de perdonar.

El grupo de Bullerengue Alma Negra es el encargado de darle voz a la canción “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz” que con las notas envolventes y alegres del bullerengue dignifican el nombre de los seres queridos víctimas de la masacre y a su vez hacer un llamado a la paz.

Por: Natalia Espitia Salazar

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