La violencia nos persigue

Colombia ha sido escenario de actos de violencia convirtiendo pueblos en cementerios. Los enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército han  generado los desplazamientos forzosos de 8.011.693 personas y más de 1.036.433 asesinatos, hasta el presente año, según la unidad para la atención y reparación de víctimas.

12.669 militares han sido víctimas del conflicto entre en el año 2004 y 2019, esto según el informe dado por el comandante del ejército de Colombia; igualmente, 3.388 efectivos fueron asesinados y 9.197 resultaron heridos en combate.

A pesar del acuerdo de paz  firmado durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, continúan los desplazamientos forzosos, los reclutamientos ilegales, los asesinatos y los secuestros, actos de crueldad que viven a diario las familias afectadas por la violencia.

Quiero ser la voz de mi hijo, a quien callaron por falta de oportunidades”: Gladys Acevedo 

Gladys Acevedo López, oriunda de Meta, es la madre de un soldado asesinado en este departamento, que decidió dejar atrás las lágrimas y el sufrimiento, para lograr conmemorar la memoria de su hijo asesinado, por medio de la fundación: “Color y esperanza por nuestros seres”.

Gladys siempre vivió en medio del conflicto armado, tuvo que migrar desde sus quince años a la ciudad de Bogotá, sola y sin un peso en el bolsillo, la joven sin experiencia se rebuscaba el diario vendiendo flores y trapeando casas, logró terminar su bachillerato con mucho esfuerzo en la jornada nocturna, dio a luz a dos hijos y sin padre logró sacarlos adelante con mucho esfuerzo.

Todo marchaba bien en la familia Acevedo, hasta que Gladys recibe a su hijo en una bolsa negra luego de unos meses que prestara servicio militar, en contra de su voluntad. Sin un culpable, sin una explicación, con el corazón el mano, esta madre decidió iniciar una investigación acerca de la muerte de su hijo en el 2014, esta investigación se convirtió en la fundación: “Color y esperanza por nuestros seres”, la  fundación está conformada por cincuenta madres de diferentes territorios afectados por la violencia, que exigen justicia por sus hijos reclutados ilegalmente por el ejército.

Brizzy Bautista: ¿Cómo nace la fundación?

Gladys Acevedo: “nace cuando yo me doy cuenta de todos los derechos que se me violaron a mí y a mi hijo, y como no soy la única, yo empiezo a reunirme con madres de soldados asesinados o mutilados y decidimos dejar el dolor y sacar a la luz las verdades ocultas del estado y del ejército con el abandono a estos jóvenes, porque mientras estemos vivas las memorias de nuestros hijos también”.

B.B: Además de los conversatorios, ¿Qué otras actividades realiza la fundación para dejar memoria de estos jóvenes?

G.A: “Participamos en ferias artesanales, conversatorios en las universidades, en los colegios, donde los muchachos pues no saben la verdad, solo saben que vino Cristóbal Colón y los descubrió. También hemos venido haciendo reuniones de conciliación con las FARC”.

B.B: ¿Qué proyectos desarrolla la fundación para aportar a la paz y al desarrollo del país?

G.A: “Los talleres de dialogo para la reconciliación en los territorios, tenemos que avanzar con las FARC. Tenemos un proyecto que se llama gestión microempresaria y autoestima, donde todas las señoras, están haciendo muñecas de trapo, esto les ha servido de terapia, después las usaremos para las ferias artesanales”.

B.B: ¿Ha sido víctima de discriminación por ser parte de esta fundación?

G.A: “Claro, yo digo que hay gente que solo quiere que nosotros sigamos odiando a las FARC, porque ellos ya están en el poder, en el congreso, cuando empezamos con las charlas, los del Centro Democrático nos dicen que nosotros sufrimos de síndrome de Estocolmo, que nosotros tenemos pensamientos de la guerrilla”.

Actualmente, la fundación cuenta con una página en Facebook para contactarse directamente con Gladys Acevedo, la directora de: “Color y esperanza por nuestros seres”. Este proyecto es financiado por el bolsillo de las cincuenta madres y cuenta con el apoyo del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, ubicado en la ciudad de Bogotá, donde pueden reunirse y continuar con el trabajo de buscar la paz en Colombia con palabras y no con armas.

Por: Brizzy Bautista Rey

 

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