La academia que se sostiene con las uñas

La Facultad de Artes ASAB (Academia Superior de Artes de Bogotá) de la Universidad Distrital, lleva décadas graduando profesionales teniendo déficit presupuestales que parecen no tener remedio

La Universidad Distrital Francisco José de Caldas (UD), a pesar de ser la cuarta universidad pública más importante del país, no cuenta con los recursos suficientes para su adecuado funcionamiento, mucho menos para una ampliación, reestructuración o mejora en cuanto a instalaciones. Debido a esto, la Facultad de Artes es la que, año tras año, se ve más afectada.

A finales del año pasado el Consejo de Bogotá aprobó un presupuesto inicial de 302.640.409.000 millones de pesos para la universidad, posteriormente fueron concedidos 15 mil millones más. Ricardo García, rector de la UD, en entrevista para City TV, aseguró que además la institución podría recibir 15 mil millones adicionales por cuenta del recaudo de la estampilla. En total la universidad empezó el 2019 con un presupuesto de 332.640.409.000 millones de pesos.

Según el documento de Presupuesto para este año, la UD solicitó $334.808 millones para el correcto funcionamiento y $33.813 millones para suplir necesidades de inversión. Con todo lo anterior se tiene que la institución, después del paro que duró 150 días aproximadamente, retomó actividades con un déficit presupuestal aproximado a los 35.980.591.000 millones de pesos.

Jimmy Arias, redactor de El Tiempo en el 98’, tituló un artículo: “LA ASAB: EL ARTE DE SOBREVIVIR”, donde cuenta la situación que entonces afrontaba la academia. Hoy, después de 21 años, la realidad de la facultad no ha cambiado. Aunque en el momento no se cuenta con una cifra exacta sobre el presupuesto con el que está funcionando, lo que si es cierto es que tanto los estudiantes como los maestros de la ASAB sufren día a día a causa del hacinamiento y el poco –o nulo– mantenimiento de la sede del Palacio de La Merced, edificio declarado monumento nacional desde 1989.

Daniel Andrés Romero Dávila, líder en el proceso de dignificación de la academia y estudiante activo del proyecto curricular de Arte Danzario, aseguró que “en hacinamiento la Facultad de Artes es la más afectada, puesto que la oficina de planeación ha contado la demanda de espacio por 2 metros cuadrados por estudiante, como si fuéramos de carreras teóricas, cuando requerimos más espacio para prácticas danzarias, escénicas, y laboratorios amplios de música y plásticas”.

Hablamos con otro de los representantes estudiantiles de la FASAB, se trata de Johan Norato, representante del proyecto curricular de Artes Plásticas, quien solicita, a nombre de los estudiantes de la facultad, al Consejo Superior Estudiantil y a la administración distrital que “se nos mejore, como una urgencia, la situación en cuanto a infraestructura y espacios (…) la ASAB ya ha pasado y atravesado diversos procesos de compra de espacios, de edificios, para adecuarlos y resolver los problemas de la facultad pero nunca ha dado fruto, siempre se han presentado trabas internas o externas. Entones, por ahora, esa es una prioridad que está entre nuestras exigencias, además de otros puntos del pliego local”.

 

Por María Camila Paladines Pérez

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