“Somos seres humanos que amamos lo que hacemos”: Carolina Ballesteros
La salud no cuenta con la atención suficiente en Colombia, sin embargo, en esta época de pandemia su relevancia es evidente, ya que el personal de salud ha estado para servirle a la comunidad, aun arriesgando sus vidas y la de sus familiares.
A raíz del COVID-19 todo el sistema de salud está trabajando 24 horas, los siete días de la semana, atendiendo a cada persona contagiada o con amenaza de contagio. Para evitar que el personal se contagie, el Ministerio de Salud entregó trajes de seguridad a los funcionarios del sector.
Carolina Ballesteros es técnica auxiliar de enfermería hace 14 años, con experiencia en prehospitalario y todo lo referente con la estabilización del paciente antes de llegar al hospital. Hace dos años ingresó al cuerpo de bomberos voluntarios de Funza a trabajar con un proyecto de unidad de rescate para la subestación Cota, en este tema ha tenido la oportunidad de hacer parte del equipo en el municipio.
“Aunque la gente nos ve como héroes no lo somos, nosotros somos seres humanos que amamos lo que hacemos y que tenemos una vocación frente a todo el tema de ayudar al otro, es por eso que se nos dotó con elementos de protección, de hecho cuando se presenta alguna emergencia con algún paciente la idea es que salgamos con protección respiratoria y visual, nos colocamos el traje blanco que es llamado overol Tíbet, este traje nos ayuda a protegernos la piel”, relata Carolina Ballesteros.
Ellos están encargados de hacer la atención primaria, independientemente del tipo de paciente que sea, el tema de la salud no tiene ni preferidos. ni excepciones de personas, a todos se les atiende por igual, eso quiere decir que el protocolo de salud les exige a los colaboradores utilizar todos los elementos de protección, porque no se sabe que paciente esté contagiado o tenga amenaza de COVID-19.
Cuando el personal de salud está listo, empiezan a prestar la atención primaria y a estabilizar al paciente mientras llega una ambulancia, luego hacen la entrega de la persona, ya que los bomberos no prestan el servicio de traslado de pacientes, solamente hacen estabilización y posterior a ello se retiran del lugar.
Carolina explica que “al volver a la estación hacemos un proceso de desinfección, para evitar que cualquier cosa que nos haya contaminado ingrese al lugar donde permanecemos. Las personas del municipio han sabido entender la labor de todos nosotros, las personas han mantenido el respeto y el cuidado, la gente ha sido tolerante con respecto a estas entidades en el sector, En la casa de ningún colaborador de salud ha habido ninguna amenaza, no se han presentado agresiones por parte de la comunidad.”
Los esfuerzos están encaminados para que esta situación mejore pronto, pero se necesita la colaboración de todas las personas, teniendo conciencia de quedarse en su casa, respetando la cuarentena. Este tiempo de aislamiento es fundamental para que los contagios no se den y no se llenen los hospitales, porque se podría entrar en una crisis humanitaria. Por lo anterior desde el gobierno municipal de Funza se ha extendido un llamado a mantenerse cuarentena y seguir apoyando a estas entidades.
“En la estación se llevan a cabo una serie de rutinas que son dinámicas, en la mañana nos levantamos, hacemos ejercicio, más que todo actividad cardiovascular, posteriormente nos duchamos y empezamos a hacer las obligaciones diarias como arreglar el alojamiento donde descansamos, arreglar la cocina, los espacios comunes y en esta época, adicional a ello, tenemos que empezar a desinfectar absolutamente toda la estación”, cuenta Carolina Ballesteros.
Pero las rutinas no solo incluyen las labores propias de una auxiliar de enfermería, adicional a eso tienen que hacer otras actividades. “Tenemos que estar al día con todos los boletines, con las actualizaciones, los protocolos que emite el Ministerio de Salud y la Dirección Nacional de Bomberos donde dan directrices para que nosotros podamos trabajar. Para eso tenemos que estudiar bastante, leer mucho con respecto a los protocolos, las normas, leyes, decretos y resoluciones que todos los días están emitiendo, ya que para nadie es un secreto que este virus es nuevo y como se vaya comportando, así mismo se van desarrollando estrategias para mitigar”, agregó la funcionaria.
Ese es el día a día de Carolina Ballesteros y de sus compañeros en la estación, las emergencias no tienen hora específica, pueden ser en la mañana, en la tarde o incluso en las madrugadas, esto los obliga a estar atentos para cualquier emergencia.
“Esta cuarentena ha traído la disminución de accidentes viales, evidentemente en la accidentalidad laboral por el cese de actividades, pero paradójicamente ha tenido un aumento en riñas familiares y violencia intrafamiliar. Es lógico que la convivencia es demasiado difícil ya que las familias están acostumbradas a salir muy temprano de sus casas y llegar en la noche, este tiempo de coyuntura los ha obligado a compartir, a vivir y saber quiénes son en realidad”, puntualiza la auxiliar.
La familia de Carolina Ballesteros
La situación familiar de Carolina Ballesteros refleja a muchas mujeres de este país. Ella es divorciada, tiene a Gabriel, un niño de 5 años, él está en la etapa preescolar, pero es importante entender que el trabajo que realiza Carolina es de alto riesgo, por eso es mejor dejar las cosas del trabajo en el trabajo y las cosas de la casa en la casa, porque cuando se empieza a mezclar se comienza a afectar a la familia.
Es bueno aclarar que el trabajo que ella desarrolla es difícil, por esto es mejor dejar las cosas organizadas antes de salir de casa, esto quiere decir que si está molesta con alguien de la familia se habla, se ofrecen disculpas y se deja todo en orden, porque desafortunadamente no se sabe que pueda pasar en la jornada laboral, y es lo mismo al salir del trabajo.
“Cuando estoy en casa no soy ni trabajadora de la salud, ni miembro del cuerpo de bomberos, simplemente soy mamá y doy lo mejor de mí, le doy el 100 por ciento a mi hijo. En estos tiempos de cuarentena, que los turnos se hacen más prolongados, es un poco más complejo, procuro hacer videollamadas cuando estoy en la estación o él llama ocasionalmente, mi hijo me comenta que hace en sus tiempos de estudio y lo mismo hago yo, afortunadamente Gabriel pudo conocer las dos estaciones antes de la cuarentena, él ha podido disfrutar del camión de bomberos, entonces es aprender a diferenciar y a vivir”, aclara Carolina Ballesteros, mientras le sonríe a su hijo.