Sumapaz: educación en alerta

Aunque estudiantes, padres de familia y docentes hacen su mejor esfuerzo para continuar el proceso de formación, las condiciones en las que viven hacen la labor casi imposible.

Lo primero que las personas piensan al mencionar Sumapaz es el páramo y sus imponentes paisajes. Sin embargo, en esta ocasión los protagonistas son los estudiantes de educación básica y superior que viven allí. La falta de acceso a una red permanente de internet e incluso cobertura para hacer llamadas son algunos de los obstáculos que deben enfrentar las familias para poder acceder a la educación en tiempos de pandemia.

Las falencias, anteriormente mencionadas, no se vieron reflejadas hasta ahora por la llegada del COVID – 19 al país, desde hace años que la situación no mejora significativamente para los habitantes de Sumapaz.

“Hace 4 años nosotros no teníamos señal de celular y lo único que existía eran unos teléfonos que estaban en las veredas, pero tocaba tener una tarjeta para usarlos” relató Edna Acuña, docente del Colegio Campestre Jaime Garzón. Actualmente, un porcentaje alto de veredas tienen señal para realizar llamadas telefónicas con una cobertura 2G, pero hay otras que no tienen, según cuenta Acuña.

Andrea Baquero, estudiante del Colegio Campestre Jaime Garzón, afirma que en repetidas ocasiones la electricidad se va en su casa, impidiendo que pueda realizar sus labores académicas con tranquilidad. Además, cuando necesita acceder a internet para realizar consultas o mirar la retroalimentación por parte de sus docentes, debe caminar 3 horas hasta su institución para tener conexión a internet.

En las zonas rurales del país no se puede hablar de educación virtual cuando las condiciones lo impiden. Por lo cual, los profesores de Sumapaz han diseñado guías impresas enfocadas a que sean claras y el estudiante no deba realizar consultas adicionales, ya que la intermitencia en la señal ha sido un obstáculo para poder hacer seguimiento personalizado a los jóvenes.

De hecho, los docentes y estudiantes han tenido que establecer horarios para efectuar las llamadas telefónicas. Con anterioridad los alumnos se dirigen a la zona donde puedan encontrar cobertura y conversar con su profesor. Así mismo, la comunidad educativa ha fortalecido los lazos comunicativos con los padres de familia y los han involucrado más en el proceso de formación de sus hijos.

María del Carmen Ríos, madre de una estudiante del Colegio Campestre Jaime Garzón, expresa que su mayor preocupación es que sus hijas no puedan continuar con su educación y de esa forma acceder a mejores oportunidades en la vida. Ríos hace un llamado de atención al Gobierno para que les colaboren con subsidios para tener acceso a internet y así no interrumpir las clases de sus hijas.

Edna Acuña ha trabajado durante 9 años en Sumapaz y sabe que las familias campesinas no pueden asignar una parte importante de su presupuesto a pagar un plan de internet – cuando no hay una conexión estable – y también porque eso representaría tener que sacrificar otra necesidad vital. “Necesitamos un proyecto de electrificación, distribución de energía eléctrica, donde se contemple la posibilidad de la fibra óptica; para que llegue el internet de forma óptima a las casas y a precios no tan elevados”, propuso la socióloga.

Según Acuña en total son cerca de 850 estudiantes que se están viendo afectados por las precarias condiciones de conectividad. Sin embargo, los docentes ya están trabajando en la elaboración de la cuarta guía para brindar a sus alumnos materiales de calidad.

Por otro lado, la Secretaría de Educación propuso repartir tabletas, lo cual sería ineficaz por la mala conexión. Además, Acuña explicó que antes de la pandemia, la Institución Distrital no tenía definida una política pública de educación rural, solo estaban realizando los lineamientos y no se había implementado nada en el territorio.

“Yo veo que ellos (Secretaría de Educación) no ven tan urgente la educación rural. Aunque nosotros sí, porque es un territorio que va a ser declarado víctima del conflicto armado tras la firma de los Acuerdos de Paz. Estamos interesados porque uno de los puntos es el Desarrollo Rural Integral y allí está la educación con pertinencia y calidad”, declaró Edna Acuña.

Respecto a la educación superior, los universitarios también se han perjudicado. Leidy Viviana Palacios, estudiante de la Universidad Nacional, tuvo que volver a vivir en su casa en la localidad de Sumapaz y tratar de continuar sus estudios a distancia.

A continuación puede ver los testimonios de Andrea Baquero, María del Carmen Ríos y Leidy Viviana Palacios.

Por: Camila Castiblanco.

 

 

 

 

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