La comunidad de San Miguel celebra que están libres de Minas Antipersona
Se celebró la declaración oficial de 21 veredas y 4 comunidades libres de minas antipersona y artefactos explosivos.
Por: Luisa Fernanda Gutiérrez Henao
El pasado 11 de marzo los entes gubernamentales del departamento de Putumayo anunciaron que luego de seis años de trabajo para desminar el municipio de San Miguel, se logró el objetivo y las comunidades empezaron la ruta de garantía para la protección de los derechos humanos.
Putumayo es uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado y en respuesta a esto, durante 2020 la Comisión de la Verdad, La Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación, llevaron a cabo un encuentro para promover la protección de líderes sociales, comunidades y defensores del territorio.
El municipio históricamente ha registrado 4 masacres que dejaron amplias hectáreas invadidas por minas antipersona y artefactos explosivos. A lo largo de estos años, los líderes han trabajado conjuntamente para construir paz en San Miguel y reparar los daños de estas comunidades. En esta ruta de restauración social, en el 2013 llegó ‘Halo Trust’ a trabajar en el desminado humanitario de Colombia, luego de un proceso de asignación por parte de la oficina del Alto Comisionado para la Paz.
“Hemos eliminado las minas antipersona de los cultivos de café, fincas, veredas y resguardos indígenas. (…) Este es un trabajo igualmente importante, ya que restaura la confianza, la gente se siente segura de volver a usar su tierra”, contó Oliver Ford, director de Halo Trust, en una entrevista exclusiva para Voces del Territorio.
La organización encontró que en los lugares montañosos era donde más se albergaban estos artefactos y llegar a esos puntos no fue nada fácil. En total removieron 33 artefactos explosivos, de los cuales 27 eran minas antipersona en el municipio de San Miguel.
En medio de este proceso, ellos no solo trabajaron en la eliminación de estos objetos que amenazan la tranquilidad de todo un departamento, son más de 300 integrantes en Halo Trust que conectan con las comunidades para informarles de la situación y sembrar confianza en su misión para realizar el desminado total en sus veredas.
“Lo que hacemos principalmente es que empleamos una figura dentro de la organización que se llama enlace comunitario para brindar esa pedagogía a las comunidades, para apoyar, para crear nuevos entornos que pueden existir después del desminado”, detalló Oliver desde su experiencia en el Putumayo.
Además, también habló del miedo que existe en los habitantes del territorio para contar en qué zonas posiblemente hay mayor índice de peligro: “Es parte del proceso, no podemos ignorar que estamos trabajando en zonas del país que son más complejas, entonces lo que tenemos que hacer es aclarar que realmente lo que hacemos es un proceso humanitario, que no estamos aquí para intervenir en ningún conflicto. Somos 100% neutrales”.
Entretanto, este equipo se asegura de brindar otros espacios que eduquen a las comunidades con relación a los riesgos de estos artefactos y darles un plan de acción en caso tal de ser víctimas de estos explosivos.
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