OPS lanza nuevas metas para reducir el consumo de sal en la población y prevenir enfermedades cardiovasculares
Las metas establecen reducciones graduales del contenido de sodio en alimentos envasados frecuentemente consumidos, algo que contribuirá a disminuir la ingesta de sal a menos de 5 gramos diarios por persona recomendados por la OMS
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó nuevas metas para ayudar a los países de las Américas a disminuir el consumo de sal en la población a través de la reformulación de productos procesados y ultraprocesados, de donde proviene la mayor parte del sodio consumido en la dieta.
En la región, la ingesta de sal está por encima de los 5 gramos (2 gramos de sodio) diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y su consumo oscila entre 8,5 a 15 gramos por persona.
La reducción del consumo de sal puede prevenir la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, las principales causas de muerte en la región. La evidencia muestra que más de la mitad de las muertes por enfermedades cardiovasculares se atribuyen a presión arterial alta, algo que puede verse exacerbado por el consumo excesivo de sal.
“Los países acordaron reducir el consumo mundial de sal en un 30% para el 2025, pero la pandemia por COVID-19 ha empeorado la situación al crear nuevos desafíos para la prevención y control de los factores de riesgo debido a los confinamientos y cambios significativos en los estilos de vida, incluyendo un aumento en el consumo de productos no saludables”, afirmó Anselm Hennis, Director de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS. “Es sumamente importante que los gobiernos aceleren sus iniciativas para alcanzar esa meta”, subrayó.
Las nuevas y revisadas metas regionales de la OPS para la reducción de la sal 2022-2025 se enfocan en disminuir el contenido de sodio en los alimentos procesados consumidos frecuentemente como pan, cereales y granos, carnes procesadas y productos lácteos.
Las metas son una actualización más detallada de un primer conjunto desarrollado en 2015 y presentan “umbrales” máximos de sodio para 16 categorías y 75 subcategorías de productos alimenticios a reformular.
“Si queremos lograr cambios sustantivos necesitamos que estas metas se adopten con un enfoque regulatorio en lugar de voluntario. Hacerlo así es la única forma en la que los países podrán reducir la ingesta media de sal en la población para el 2025, en un contexto en el que las ventas de los productos procesados y ultraprocesados con contenido excesivo de sodio sigue creciendo”, sostuvo Fabio Da Silva Gomes, asesor regional en Nutrición y Actividad Física de la OPS.
Da Silva Gomes consideró que la actualización de las metas es una herramienta más de apoyo al conjunto de políticas regulatorias que están avanzando en la región para reducir la oferta y demanda de productos con exceso de sodio, como el etiquetado frontal de advertencia y la regulación de la publicidad de estos productos.
La OPS elaboró las nuevas metas en conjunto con el Centro Colaborador de la OMS sobre Política Nutricional para la Prevención de Enfermedades Crónicas, del Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Toronto, la Universidad Tecnológica de Ontario (ambos en Canadá), y el Grupo Técnico Asesor sobre prevención de las enfermedades cardiovasculares mediante la reducción de sal alimentaria en toda la población.