Contaminación irreversible de fuentes hídricas a causa del fracking

Son más de 40 millones de litros de agua que se destinan para la práctica del fracking en Colombia y el 90% de estos no pueden ser destinados a la agricultura o al consumo humano. 

Impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en cabeza de la ministra Susana Muhammad, la prohibición del fracking en Colombia está a dos debates de ser ley de la república. Este proyecto busca garantía para la preservación de los recursos, disminuir la contaminación de subsuelos y prohibir la exploración de hidrocarburos en yacimientos no convencionales.

Para el desarrollo de la legislación se contó con el apoyo de 60 congresistas a favor y 9 en contra. En la sesión se planteó y debatió la degradación de las fuentes hídricas y con ello, todo lo relacionado a los químicos que se usan durante este proceso de exploración.

Algunos de estos componentes son el metanol y ácido clorhídrico que generan contaminación progresiva para el medio ambiente y a su vez, producen una alteración en la vida y salud de las personas. A esto se suman los daños a actividades como la agricultura y ganadería que se traducen en la pérdida de subsistencia de las comunidades locales.

En Colombia, existen dos zonas con mayor ponencia del fracking, el Valle Medio del Magdalena y la cuenca Cesar – Ranchería, en donde hay deterioro de las condiciones de vida y riesgos de salud de las personas que practican esta actividad, estas circunstancias superan los beneficios económicos que puedan retribuirse a corto plazo para estos individuos.

La fracturación hidráulica ha estimulado el interés de activistas ambientales, científicos, políticos e incluso ciudadanos, para regular o erradicar la crisis global que provoca esta explotación de petróleo.

En medio de esta lucha, surgen otras variables que ralentizan esta transformación y convierten la práctica del fracking en nuevas oportunidades económicas y una mayor independencia energética.

El país se encuentra a la espera de los próximos debates que concluyan esta ley y permitan que Colombia pueda prosperar en la protección del patrimonio cultural y se planteen nuevos lineamientos que no afecten al sector económico.

Por: Luisa Fernanda Gutiérrez Henao

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