Cartagena vibró con el FICCI 64: cine, memoria y revolución en la pantalla grande

Del 1 al 6 de abril de 2025, la ciudad amurallada volvió a convertirse en epicentro del cine latinoamericano con la edición número 64 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI). Durante seis días, las calles del Centro Histórico se llenaron de espectadores, artistas y estudiantes que celebraron el poder del cine como herramienta de resistencia, memoria y construcción de futuro.

Por Adrián Paz – Artículo 20 Lab

El evento abrió con la proyección de Los tonos mayores, película dirigida por el colombiano Simón Mesa Soto, que también participó en la Competencia Oficial Ficción. La cinta, que explora la vida de un grupo de jóvenes músicos en Medellín, fue recibida con aplausos durante la gala inaugural en el Teatro Adolfo Mejía. Allí, el equipo del filme subió al escenario para compartir con el público cartagenero y dar inicio a una programación cargada de emociones, encuentros y propuestas audaces.

A lo largo de la semana, las funciones se distribuyeron entre el Centro Histórico, la Plaza de la Proclamación, el centro comercial Caribe Plaza y la Cinemateca del Museo de Arte Moderno. En cada espacio, el público pudo disfrutar de una cuidada selección de películas provenientes de Colombia, América Latina, Europa y otras regiones del mundo, muchas de ellas en estreno nacional o regional.

Uno de los puntos más destacados del FICCI 64 fue la sección Retrospectiva, que rindió homenaje a dos figuras clave del cine alemán contemporáneo: Henner Winckler y Thomas Arslan, integrantes del movimiento Berliner Schule. Winckler presentó sus largometrajes Lucy y Klassenfahrt, mientras que Arslan proyectó Earth Scorcher y Turn Down the Music. Ambas selecciones permitieron al público cartagenero acercarse a un cine pausado, intimista y profundamente humano. Además, los directores participaron en espacios de conversación donde compartieron detalles sobre su proceso creativo, el contexto alemán en el que surgieron sus obras y la importancia de observar las pequeñas acciones de lo cotidiano en la gran pantalla.

Más allá de las proyecciones, el FICCI también propició el diálogo crítico y la formación académica a través del Salón FICCI, un espacio que albergó paneles, charlas y encuentros entre cineastas, estudiantes y expertos. En esta edición se debatieron temas urgentes como el papel de la crítica en la era digital, las narrativas desde los márgenes y las tensiones entre el arte y el mercado en la producción audiovisual. Uno de los conversatorios más comentados fue “Hacer cine en un país en guerra”, que reunió a realizadores de distintas regiones de Colombia para reflexionar sobre la violencia estructural, el desplazamiento forzado y el rol del cine como testimonio y resistencia frente al olvido.

El festival también llegó a comunidades vulnerables de Cartagena a través del tradicional programa Cine en los barrios, que proyectó películas al aire libre y generó espacios de encuentro comunitario con entrada gratuita. Esta iniciativa reafirma el compromiso del FICCI con la democratización de la cultura y la construcción de audiencias más críticas y diversas.

Finalmente, el festival cerró el 6 de abril con la ceremonia de clausura en el Teatro Adolfo Mejía, donde se entregaron los premios a las producciones ganadoras de cada categoría. Como broche de oro, se proyectó la película noruega Dreams (Sex, Love), un relato provocador y poético que dejó al público reflexionando sobre los deseos, la identidad y la fragilidad de los vínculos humanos.

Con una programación diversa, valiente y profundamente conectada con los desafíos sociales del presente, el FICCI 64 reafirmó su papel como una plataforma fundamental para las voces del cine independiente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *