Palacio de Justicia, 40 años de silencio, memoria y búsqueda de justicia

Han pasado cuatro décadas desde la toma y retoma del Palacio de Justicia, uno de los episodios más trágicos de la historia reciente de Colombia. Las llamas no solo consumieron un edificio y sus archivos judiciales, sino también la vida de decenas de personas y la confianza en las instituciones. Hoy, entre condenas, absoluciones y la persistente búsqueda de los desaparecidos, el país sigue enfrentando una verdad que aún duele.

Por: Adrián Paz

1985 – La toma

El 6 de noviembre de 1985, a las 11:30 de la mañana, un comando del M-19 irrumpió en el Palacio de Justicia en el centro de Bogotá. La guerrilla aseguraba que buscaba juzgar políticamente al entonces presidente Belisario Betancur por haber incumplido los acuerdos de paz. En cuestión de minutos, más de 350 personas quedaron atrapadas como rehenes, entre ellas magistrados, empleados judiciales y visitantes.

La respuesta del Estado fue una retoma militar a gran escala que se extendió durante dos días. Tanques y helicópteros del Ejército ingresaron a la Plaza de Bolívar, y un intenso fuego cruzado terminó por incendiar el edificio. El resultado fue devastador: 94 personas muertas, incluidos 11 magistrados de la Corte Suprema, y varias más desaparecidas. Las llamas también destruyeron expedientes cruciales, entre ellos documentos relacionados con la extradición de narcotraficantes como Pablo Escobar.

1990–2000 – El silencio judicial

Tras la tragedia, Colombia entró en una larga etapa de silencio institucional. Las familias de las víctimas marcharon durante años exigiendo verdad y justicia, mientras las investigaciones avanzaban lentamente. La incertidumbre sobre el paradero de varios desaparecidos —entre ellos trabajadores de la cafetería del Palacio— se convirtió en un símbolo del abandono estatal.

En 1998, el Gobierno ordenó la reconstrucción del edificio en el mismo lugar. El nuevo Palacio de Justicia, inaugurado en 2004, se presentó como un símbolo de esperanza y de la capacidad del país para levantarse de las ruinas. Sin embargo, bajo su estructura renovada persistía una herida abierta: las preguntas sin respuesta sobre los desaparecidos y la falta de responsabilidades claras.

 

2010–2020 – La verdad empieza a salir

A partir de la década de 2010, la justicia comenzó a pronunciarse sobre lo ocurrido. En 2010, el coronel (r) Alfonso Plazas Vega fue condenado a 30 años de prisión por la desaparición forzada de personas que salieron con vida del Palacio. Sin embargo, años después, la Corte Suprema de Justicia lo absolvió, argumentando falta de pruebas concluyentes. Aun así, su caso sentó un precedente en la lucha por esclarecer los hechos.

En 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la retoma, señalando la responsabilidad estatal en las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. Otros oficiales, como el general (r) Jesús Armando Arias Cabrales, fueron posteriormente declarados culpables por los mismos delitos. Estas decisiones representaron un avance, pero también confirmaron la magnitud de la impunidad.

2020-2025  – Una herida viva

A casi 40 años de la tragedia, el caso del Palacio de Justicia sigue abierto. Todavía hay familias que buscan a sus seres queridos, desaparecidos durante la retoma, sin una respuesta definitiva del Estado. Las conmemoraciones anuales frente al edificio son testimonio de una memoria que se niega a extinguirse.

Diversas organizaciones de derechos humanos y colectivos de víctimas continúan presionando por la identificación de los restos hallados en fosas comunes y por el esclarecimiento total de los hechos. Aunque se han producido avances judiciales y pronunciamientos oficiales, la justicia plena aún no llega.

Hoy, el Palacio de Justicia es mucho más que un edificio reconstruido: es un recordatorio de la fragilidad de la democracia y del costo humano de la violencia política en Colombia. Cuarenta años después, el país sigue preguntándose dónde están los desaparecidos y cuándo llegará la verdad completa.

 

 

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