Las mujeres empresarias de Montes de María confeccionan la esperanza
Mujeres víctimas de la violencia en Sincelejito y Bremen se capacitan para emprender y mejorar la calidad de vida de las familias rurales y campesinas.
Empresarias, así llaman hoy a las mujeres emprendedoras de los corregimientos de Sincelejito y Bremen, ubicados en los Montes de María. Y no era para menos, pues ellas sin vacilar, decidieron transformar sus vidas fortaleciendo las capacidades empresariales, para ahuyentar esa desesperanza que de vez en cuando se asoma por los territorios de Colombia.
El tránsito de amas de casa a líderes y empresarias, aunque no ha sido sencillo, sí es satisfactorio y empoderador. Un ejemplo de ello es Yimis Savel Severiche, quien actualmente es una de las representantes de la comunidad del grupo motor del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET del municipio de Córdoba Tetón.
No muy lejos de allí, a un poco menos de hora y media, está Sandy Barrios Salcedo, otra mujer echada pa´lante, a pesar de la violencia que azotó la región. Sus abuelos le dejaron como una marca las costumbres familiares y sabe que ahora tiene una oportunidad de construir una historia que haga de su cultura y tradición un emprendimiento para el futuro.
Estas dos mujeres líderes en sus territorios no se conocen, pero tienen un camino común: mejorar las condiciones de vida y ser una respuesta a las múltiples necesidades de los Montes de María. Yimis lo hace desde Mesin, la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Sincelejito, y Sandy como parte de Asoartebremen, la Asociación de Mujeres Artesanas de Bremen.
Los mencionados corregimientos que hacen parte del caribe colombiano, han sido testigos del arribo del convenio de capacidades locales, celebrado entre la Agencia de Renovación del territorio – ART y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo- PNUD, que ha contribuido a la formación de mujeres que le apuestan al emprendimiento y a la paz.
Yimis describe la formación en capacidades locales como una iniciativa para “contribuir al reconocimiento de la mujer rural y campesina en Colombia, su consolidación como actores de política y constructoras de paz, apuntando al desarrollo de actividades para el mejoramiento económico de las familias”.
Entre tanto, Sandy afirma: “Soy una mujer víctima del conflicto armado, los PDET me dio la oportunidad de aprender, a pesar de que soy artesana porque lo aprendí de mis abuelos, esto me ha servido para saber qué es una empresa, qué es el deber y el haber; son conocimientos que en sí yo no sabía.”.
La capacitación que recibieron las mujeres pertenecientes las asociaciones estuvo orientada a la optimización de los recursos, la administración de la empresa y el funcionamiento del modelo asociativo. Pero el fortalecimiento no solo fue de carácter pedagógico, también recibieron maquinaria, equipos e insumos para el emprendimiento en la línea de confecciones con una inversión superior a los 33 millones.
Los sueños no tienen límites y poco a poco van creciendo, por eso Severiche no duda en afirmar que en “cinco años seremos una empresa líder, con un enfoque de género reconocido, contribuyendo al reconocimiento de la mujer rural con capacidad de innovación y confección, con aliados estratégicos que nos permitirá el crecimiento de la empresa, la generación de empleo y de ingresos, con todas las herramientas necesarias para seguir desarrollando nuestra actividad”.
Las mujeres víctimas del conflicto en Bremen han hecho de las artesanías unas piezas únicas y envidiables, hasta el punto de alcanzar un amplio reconocimiento nacional. Pero ellas no le cree a ese adagio popular: “cría fama y échate a la cama”, por eso hoy se siguen capacitando para ser las empresarias más prosperas de la región.
Sandy sabe que no se están transformando ellas solamente, sino que sus familias también: “Nos ha servido como familia porque todo el aprendizaje que he tenido se lo he multiplicado a mis hijos y hemos sido más unidos. Ahora con la pandemia nos han dado la oportunidad de aprender y de hacer. Con este empoderamiento que recibimos, nos sentimos inmensamente felices porque sé que es para nutrirnos en lo laboral”.
Las mujeres de Montes de María renuevan sus sueños cada vez que superan un reto, por eso Yimis, después de los aprendizajes de esta experiencia, sentencia que “Mesin terminará siendo tu mejor opción para vestir” y posiblemente la combinación perfecta sea con las artesanías de Bremen, porque como afirmó Maribel Romero, coordinadora de la ART en Montes de María, “las mujeres son las socias naturales en el territorio”.